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jueves, 19 de mayo de 2011

Diálogo entre: “La Comunidad docente: en busca de nuevos modos de pensar la formación” de Ana María Finocchio y “Elogio innecesario de los libros” de Carlos Monsiváis.

 Es importante valorar, como a partir de una mirada profunda y detenida, se puede analizar a la lectura y a la escritura en contextos, espacios y tiempos diferentes para determinar puntos de encuentros, desencuentros y complejidades, sobre todo en la relación que existe entre la transmisión de estas herramientas de la comunicación y nuestras prácticas docentes, partiendo de qué y cómo enseñar a los alumnos en torno a estos temas, siendo el centro de una reflexión pedagógica. Establecer un posible diálogo entre los dos textos mencionados tiene ciertas razones: - Primero porque es necesario para ese análisis, partir de nuestra propia experiencia, del proceso de nuestra formación docente y de la construcción de nuestra identidad, sin descuidar la percepción que los otros actores del proceso educativo ( alumnos), tienen de nosotros. -Segundo , porque   me he identificado con lo que se plantea sobre el libro, las exigencias de leer y la globalización como fenómeno que atrae y desconcierta a la vez.

De acuerdo con la orientación sociocultural, la lectura y la escritura son construcciones sociales, actividades socialmente definidas, y es necesario pensarlas desde nuestro lugar, desde nuestra tarea, procurando ingresar a los alumnos al mundo de la cultura escrita, como sostiene María del Pilar Gaspar en  “Los (entre)dichos de la cultura”. Ana María Finocchio (Profesora de Letras), en su clase: “La Comunidad docente....” se detiene en el término comunidad e incluso hasta parece personificarla, pues la adjetiva de blanda, amable, esperanzada, implica un sentimiento de trabajo compartido, de esfuerzos comunes, más allá de que también signifique muchas veces competencia, pero particularmente apunta a la búsqueda de identidad y cómo vemos pasar por nuestras mentes un sin fin de imágenes de aquellos que marcaron ese camino de apropiación de la lectura y escritura, tanto en nuestra educación sistemática como en la profesional . Algo importante para destacar, como sostiene Finocchio es que comunidad no es sinónimo de homogeneidad, ni puede serlo si apelamos a nuestras experiencias en las aulas y en las instituciones educativas, no olvidemos que en el camino de nuestra formación docente siempre se pone en relación experiencias individuales y colectivas de una comunidad, planteadas en un mundo situado más en el deseo que en la realidad, porque esta modernidad nos ha traido cambios en los que se carece de puntos de referencias y entorno social duradero o seguro. De todos modos, somos una comunidad y nuestra identidad hoy al decir de Finocchio ,es flexible, está siempre en proceso de construcción, por lo tanto es incompleta como dice Bauman. En ese construir un “nosotros”, manifestado por Morley, y citado en este artículo , debemos articular un diálogo en torno a las diferencias , que no sea defensivo ni excluyente en el tema de la lectura y escritura, aunque muchas veces nos encontramos frente a la complejidad de que esa identidad docente, esa jerarquía cultural que durante tanto tiempo constituyó el aspecto más significativo en nuestra trayectoria,  (leer y escribir definían una manera de vincularnos con los otros miembros de esa comunidad) hoy ya no tiene ese estatus.

En este sentido y atendiendo a la formación de futuros docentes, como transmisores de la palabra escrita, Ana María sostiene que no tienen la misma valoración de la cultura letrada en la que nosotros hemos sido formados, y  se debe plantear que leer y escribir es una consigna que comprende a toda la sociedad (según el licenciado peruano Alberto Rosales), y en definitiva somos lo que leemos y como educadores debemos preocuparnos por la calidad y no tanto por la cantidad, pues esta última no garantiza comprensión sino memorización. En esta formación de la comunidad educativa que construye una identidad docente , cumple un rol fundamental el tema de la lectura, por eso Carlos Monsiváis (intelectual mexicano), menciona en su artículo “Elogio innecesario de los libros”, que en conjunto se lee menos y para ello hay varias razones tales como : -sitio real que ocupa la lectura, costo de los libros, la globalización y por sobre todo las políticas de estado aplicadas en la educación. Aspectos por supuesto muy valiosos y que también inciden en la construcción de esa identidad docente de la que hoy hacía referencia.  El título del artículo parece indicarnos que por mucho tiempo “El libro” se consideró una especie de valuarte que uno atesoraba con gran afecto y lo que se discute hoy son las diferentes formas de leer , las críticas constantes a esas formas, sin atender que el mundo se ha transformado y que debemos adaptarnos a los cambios, sin dejar de ser críticos y reflexivos. Como el mismo Monsiváis sostiene, “la sociedad pierde al abandonar la ventaja de la lectura como estructura del conocimiento , no se la puede impulsar desde la institución educativa, pues no se puede lograr en los alumnos lo que los docentes no hacen”.  Este agobio que sentimos en el Siglo XXI, como dice el autor mexicano, frente a una masificación de la enseñanza, deterioro del proceso educativo, la globalización, el avasallamiento de las industrias culturales, el mundo de la imagen, nos ha guiado hacia la obligación de la lectura ante la disminución de dicho hábito y esto conduce al fracaso. Jorge Luis Borges expresa: “No vivo para leer, sino leo para vivir”, marcando bien la diferencia: para vivir, para crecer, para conocer. Esto es lo que hoy falta en nuestras instituciones, por eso Finocchio y Monsiváis tienen puntos en común, pues para que la comunidad educativa pueda crecer con marcada identidad profesional, transmisora de saberes, con fuerte presencia, deben potenciarse desde el estado políticas educativas en las que las herramientas básicas de la educación como lo son el leer y escribir tenga un valioso sustento, con adecuada planificación, creación de programas que las incluyan , fomenten y por sobre todo pensar que siempre ha existido una minoría lectora, y que quizás este mundo global permita una cierta apertura a la lectura y escritura, aunque se debe regular las formas de hacerlo, pues como sostiene Ludwing Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” y que bien determina Alfonso Reyes: “Estamos tejidos en la sustancia de los libros mucho más de lo que a simple vista parece”. No todo se ha perdido, sino que se ha transformado y también debemos hacerlo nosotros.

miércoles, 30 de marzo de 2011

“LEER Y ESCRIBIR HOY….” Prof. Marina Malacria

             Como docente de Enseñanza Media puedo sostener que es común oír a los distintos integrantes de la sociedad (desde padres hasta mis colegas), decir que existe una escasa motivación en los alumnos para leer y escribir, que la seducción tanto de las nuevas tecnologías de la información como la cultura mediática, provoca que los adolescentes no se interesen por las propuestas de lectura y escritura, conduciendo esto a un empobrecimiento cultural.  Esta visión, por cierto discutible, me lleva a un pensamiento que el escritor argentino Ernesto Sábato, expresa en su libro “Querido y remoto muchacho”: - “En medio del miedo y de la depresión que prevalecen en este tiempo va surgiendo, por debajo imperceptiblemente, atisbos de otra manera de vivir que busca, al borde del abismo, la recuperación de una humanidad que se siente a sí misma desfallecer” y creo que por aquí pasa la cuestión, por la visión de esta actualidad tan globalizada que hoy vivimos, que nos lleva a sentirnos muchas veces agobiados, al borde de un abismo , por el discurso de que asistimos a una nueva forma de concebir, pensar y obrar en el mundo; Un nuevo paradigma cultural.
     Daniel Casanay en “Tras las líneas”, sostiene que leer ya no es lo que era”. Cabe preguntarnos por las razones, y también sabemos que son muchas y variadas las respuestas, pues hoy se habla de los ciber-estudiantes, de la generación del @  al decir de Fernanda Cano, o lo que sostiene Beatriz Sarlo en “Imágenes de la vida postmoderna”, con respecto al mundo de sonidos y colores que se incorpora en el mundo adolescente, o el curioso artículo de Humberto Eco: ¿Para qué sirve el Profesor? (en la era de Internet ). Hay algo que olvidamos y es que todos (jóvenes, docentes) somos parte de una sociedad que va cambiando, transformando y avanzando, para bien o para mal, más allá de que se compartan o no estas nuevas formas de vida , pero por sobre todas las cosas, permanentemente el mundo adulto manifiesta una actitud nostálgica, de añoranza por la forma en que nos apropiamos del caudal de saberes que poseemos a partir de la lectura y de la escritura como fenómenos comunicacionales.
      Sabemos que leer y escribir son construcciones sociales. Al respecto Emilia Ferreiro sostiene que cada época y cada circunstancia histórica dan nuevos sentidos a esos verbos. No hay manera esencial o natural de leer y escribir, los significados y las prácticas letradas son el producto de la cultura, la historia y los discursos. Casanay  expresa también que leer es comprender, desarrollar procesos cognitivos y que la escritura cambia al ritmo que evolucionan las comunidades; quizás haya cambiado poco la lengua española y quizás usemos las mismas estrategias que usaron nuestros padres para leer y escribir, pero está claro que los discursos del Siglo XXI, sirven para hacer cosas diferentes.  Hoy hablamos del género electrónico como forma usual de comunicación, que ha llevado a los adolescentes a desarrollar otras competencias tales como : destrezas informáticas, de navegación (verbales, visuales, auditivas) a partir de la coloquialidad y de la inmediatez.
      Ahora bien. Cambiaron los tiempos, estamos frente a vertiginosas transformaciones en la comunicación, con un campo iconográfico atractivo, que  permite crear , y que capta la atención de estas generaciones de transición que van construyendo sus proyectos de vida para la futura inclusión en el mundo adulto al que arribarán, como sostiene Marcelo Urresti. Entonces el tema está en comprender ese mundo acelerado de los jóvenes que también ya presenta , aunque parezca mentira, su nostalgia adolescente y que Mirta Varela fundamenta a partir de “Lo viejo, lo nuevo, lo mismo”.  Hay nuevas infancias y nuevas adolescencias y por lo tanto , nuevas jerarquías de saberes y de experiencias. El sociólogo Zygmunt Bauman, sostiene que la vida devino puro fluir: cambiante, inestable, incierta , y sobre todo flexible, afectándonos directamente, experimentando con lo que tenemos . Heráclito decía: “En el mismo río entramos y no entramos pues somos y no somos (los mismos); la identidad y su fragilidad, la necesidad de pertenencia social, el malestar por no saber cuál es nuestro lugar y así una serie indefinida de hechos que nos involucran a todos y ni que hablar a los adolescentes.
      Pasamos el tiempo hablando de carencias en la lectura y escritura, de la falta de hábitos de estudio en nuestros adolescentes y jóvenes, del escaso interés que presentan por lo curricular en una institución educativa, de lo atractivo que les resulta el mundo multimediático; o como un artículo que fue publicado en el Semanario “Búsqueda” (Uruguay), en el que las Facultades de Ciencias sostienen que el 90% de sus estudiantes no logran una sencilla comprensión lectora. Pero lo que nunca realizamos es una mirada introspectiva que provoque la reflexión y que nos lleve a debatir qué es lo que hacemos al respecto; parece que estas generaciones actuales cargan con el peso de las transformaciones y nunca los adultos buscamos las estrategias necesarias para que ese empobrecimiento cultural pueda revertirse a partir de estos nuevos mecanismos de comunicación. Los jóvenes dicen y dicen mucho. Esa generación del @ también puede enseñarnos. Cada vez que trabajo con mis alumnos e intento incorporar algún soporte informático, ellos son los que me ayudan, me agregan vocabulario, y comprendo esa instancia como un dar y recibir. Fernanda Cano menciona la nueva identidad de los jóvenes a través de los blogs , los nuevos contactos en la web que ha permitido nuevas biografías, una intimidad más abierta, pero quizás sincera y directa.
      Concluyo expresando que este es un tema que da mucho para debatir, que todas las posturas pueden tener algo de razón, pero que debemos, frente a una sociedad que  va a cambiar, ver cual es nuestro lugar, de qué manera atendemos a esa masificación que se escolariza y preguntarnos como plantea Emilio Tenti Fanfani: ¿Qué es lo que se ofrece como educación escolar y en qué medida lo que se ofrece responde a las condiciones de vida, necesidades y expectativas de las nuevas generaciones?. Para esto, compartiendo con Lahire, es necesario observar a los adolescentes como seres muchos más complejos de lo que podemos imaginar y mucho más maleables de lo que pensamos, para poder crear hábitos hay que crear muchas estrategias pedagógicas. “Estamos navegando pero debemos de impulsar un
timón crítico (Casanay).

Bibliografía y fuentes consultadas:

·        CASANY, Daniel  :“Tras las Líneas” – 2006 - Anagrama (Barcelona)

·        ECO, Humberto . “Resistirá” – 2003 – Conferencia Reapertura Biblioteca de Alejandría.
·     FERREIRO, Emilia: (Especialización en Lectura, Escritura y  Educación (FLACSO Latinoamericana – 2008 – Bs. As)

·     GADAMER, George: (Pos grado Lectura, escritura y educación- FLACSO Latinoamericana – Bs. As – 2007)

·     VARELA, Mirta:  “Medios de comunicación: Lo nuevo, lo viejo, lo mismo, lo otro”  - 2008 – Bs. As.